Alfonso estaba de viaje
Y la tarde previa a su regreso, tenía que hacer una visita a un amigo de la Familia e intentó excusarse dejando una nota. Pero hubo "algo" que le retuvo
Durante la visita comenzó una conversación Religiosa con el amigo de la Familia que era Católico y que le habló de la Santa Virgen María y además le regaló una medallita de "La Milagrosa" y una oración. Alfonso, no creyente en la Santa Virgen María tomo ambos objetos para dar a entender que aquello no tenía ninguna razón de ser. El caso es que, "algo" hizo que sí los tomara
Al día siguiente ya con el viaje cumplido y con la intención de partir, su amigo le pide que le acompañe a una Iglesia para pedir un responsorio por una persona que conocía, y así de paso podía apreciar el Arte de la iglesia.
Alfonso estuvo visitando la iglesia...y en la capillita de la Santa Virgen María..., a Alfonso le ocurre esto que él mismo narra:
"Todo el edificio desapareció de mi vista, vi un gran resplandor y en medio de aquel resplandor sobre el altar se me apareció erguida, espléndida, llena de majestad y de dulzura la Virgen María tal y como está pintada en la medalla y me sonrió, no me dijo nada, pero yo lo comprendí todo"
Así es como nuestro amigo Alfonso se convirtió en San Alfonso de Ratisbona
Una historia preciosa que podrás leer completa en estos enlaces:
https://vincentians.com/es/san-alfonso-de-ratisbona/
https://caballerosdelavirgenecuador.com/la-conversion-de-alfonso-ratisbona/
😀 y es que cuando María está en Medio
todo empieza bien, media bien y no acaba nunca 😀
Referencias:
Catecismo de la Iglesia Católica pinche aquí
644 Tan imposible les parece la cosa que, incluso puestos ante la realidad de Jesús resucitado, los discípulos dudan todavía (Cf. Lc 24, 38): creen ver un espíritu (Cf. Lc 24, 39). "No acaban de creerlo a causa de la alegría y estaban asombrados" (Lc 24, 41). Tomás conocerá la misma prueba de la duda (Cf. Jn 20, 24-27) y, en su última aparición en Galilea referida por Mateo, "algunos sin embargo dudaron" (Mt 28, 17). Por esto la hipótesis según la cual la resurrección habría sido un "producto" de la fe (o de la credulidad) de los apóstoles no tiene consistencia. Muy al contrario, su fe en la Resurrección nació - bajo la acción de la gracia divina - de la experiencia directa de la realidad de Jesús resucitado.
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