sábado, 30 de abril de 2022

Modos de Orar

En la Comunicación con Dios la postura importa

Santo Domingo de Guzmán en 3 momentos de Oración

Desde luego que la postura siempre ha de ser cómoda. ¿Quién hablaría con un amigo sentado en una postura que pareciera uno un 4? Cada cual ha de hallar su postura

No obstante, en ocasiones, para obtener determinado fruto de la oración Santos nos formulan sus modos de orar como por ejemplo Santo Domingo de Guzmán que destaca 9 formas distintas ú modos. Por ejemplo cuando usaba el modo 8 sus compañeros relatan de Santo Domingo de Guzmán que:

"Se sentaba tranquilo, abría el libro[la Biblia] y hecha la señal de la cruz, leía prestando su atención con dulzura, como si oyese hablar al Señor según cuanto dice el salmo: "Voy a escuchar lo que dice el Señor" " (ésta frase la encontrarás en una Biblia Católica en donde hay un libro que se llama 'Salmos' y que son una colección de Cantos; la frase viene en el libro 'Salmos' capítulo 84 versículo 9 En los libros de texto suele aparecer como: "Sal 84, 9")

Bueno pues aprendamos de Santo Domingo de Guzmán estas 9 sencillas formas de orar 😀 que alguna seguro que nos lleva más a Dios

https://www.monasteriosantamarialareal.com/santo-domingo-de-guzman/sto-domingo-9-modos-de-orar/

Referencias:

Catecismo de la Iglesia Católica pinche aquí

820 Aquella unidad "que Cristo concedió desde el principio a la Iglesia... creemos que subsiste indefectible en la Iglesia católica y esperamos que crezca hasta la consumación de los tiempos" (UR 4). Cristo da permanentemente a su Iglesia el don de la unidad, pero la Iglesia debe orar y trabajar siempre para mantener, reforzar y perfeccionar la unidad que Cristo quiere para ella. Por eso Cristo mismo rogó en la hora de su Pasión, y no cesa de rogar al Padre por la unidad de sus discípulos: "Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos sean también uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17, 21). El deseo de volver a encontrar la unidad de todos los cristianos es un don de Cristo y un llamamiento del Espíritu Santo (Cf. UR 1)

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