jueves, 30 de julio de 2009

ARTE: SAN PABLO EXTRAMUROS


Hoy toca algo cultural, arte católico. Gracias a las nuevas tecnologías podemos visitar desde la distancia y virtualmente monumentos tan bellos como San Pablo Extramuros. Con un nivel de detalle impresionante como el que se puede observar en la foto. Para comenzar la visita virtual pincha aquí.

Al verla, la página web nos ofrece nueve ubicaciones para realizar la visita virtual.


Si hacemos clic con el botón izquierdo del ratón sobre "1. QUADRIPORTICO" la página cambia para situarnos en el pórtico de San Pablo Extramuros.


En la parte inferior izquierda aparecen dos iconos + y -. Si pulsamos sobre el + aumentaremos en detalle la panorámica actual. Con - el detalle disminuye. Además podemos cambiar la dirección del zoom si pulsamos sobre las flechas del teclado para desplazarnos por los 4 puntos cardinales de la panorámica.


Otra forma rápida de moverse es pulsar el botón izquierdo del ratón y manteniendolo pulsado moverlo, la panorámica cambiará.


Gracias a Dios, otros monumentos tan bonitos como este existen y apareceran en el blog para que podáis disfrutarlos.


Referencias:


San Pablo Extramuros pinche aquí


Catecismo Iglesia Católica pinche aquí


2501 El hombre, ‘creado a imagen de Dios’ (Gn 1, 26), expresa también la verdad de su relación con Dios Creador mediante la belleza de sus obras artísticas. El arte, en efecto, es una forma de expresión propiamente humana; por encima de la satisfacción de las necesidades vitales, común a todas las criaturas vivas, el arte es una sobreabundancia gratuita de la riqueza interior del ser humano. Este brota de un talento concedido por el Creador y del esfuerzo del hombre, y es un género de sabiduría práctica, que une conocimiento y habilidad (cf Sb 7, 16-17) para dar forma a la verdad de una realidad en lenguaje accesible a la vista y al oído. El arte entraña así cierta semejanza con la actividad de Dios en la creación, en la medida en que se inspira en la verdad y el amor de los seres. Como cualquier otra actividad humana, el arte no tiene en sí mismo su fin absoluto, sino que está ordenado y se ennoblece por el fin último del hombre (cf Pío XII, discurso 25 diciembre 1955 y discurso 3 septiembre 1950).



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