martes, 24 de diciembre de 2013

el Niño Dios

 
Este bebe no es Jesús, pero su rostro sería similar.
 
Esta no es la mirada de Jesús, ni siquiera a lo mejor tendría los ojos tan claros... pero su mirada aún sigue siendo transparente.
 
Esta no es la sonrisa de Jesús... pero me la imagino muy similar.
 
Esa naricilla no es la de Jesús... perdón... sí... esa naricilla sí es como la de Jesús, seguro.
 
Los deditos también... son los mismos que se apoyaban en María... los mismos que agarraban los otros dedos de los Pastores. Aquellos dedos de esa palma que se abrieron esa noche de par en par y nunca más se volvieron a cerrar.
 
Bueno, pues si quieres ver al Niño Dios, este no es Él... pero... dime tú si el rostro de cualquier niño... es distinto al de Jesús... probablemente no.
 
 Feliz Navidad
 
Referencias:
 
Catecismo de la Iglesia Católica pinche aquí
 
518 Toda la vida de Cristo es misterio de Recapitulación. Todo lo que Jesús hizo, dijo y sufrió, tuvo como finalidad restablecer al hombre caído en su vocación primera:
«Cuando [la segunda Persona de la Santísima Trinidad] se encarnó y se hizo hombre, recapituló en sí mismo la larga historia de la humanidad procurándonos en su propia historia la salvación de todos, de suerte que lo que perdimos en Adán, es decir, el ser imagen y semejanza de Dios, lo recuperamos en Cristo Jesús (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 3, 18, 1). Por lo demás, ésta es la razón por la cual Cristo ha vivido todas las edades de la vida humana, devolviendo así a todos los hombres la comunión con Dios (ibíd., 3,18,7; cf. 2, 22, 4).
 
 
 
 
 
 
 



2 comentarios:

  1. Te ha quedado sembrado, me ha gustado mucho, y el niño es una monada, podría ser Él perfectamente, pues todos los niños, son un poco Jesús. Feliz Navidad. Un abrazo

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  2. Muchas gracias, me alegra que te haya gustado esta entrada. Feliz Navidad para ti también.

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