Hace unos días estuve en una Iglesia, y me impacto tanto que salí de una Catedral 😃 Y ahora os cuento por qué
Quede un día con un buen amigo para tomar algo, y posteriormente comencé a pasear un ratejo y me pasé por una Iglesia y me senté un rato a orar. Delante del Sagrario, centrado y sin observar el alrededor
En un momento dado, acomodándome, miro los detalles de la Iglesia y veo un Vía Crucis precioso, unas cruces muy negras, muy definidas y muy bien colocadas a modo de pequeño mosaico, me acerco interesado para saber con qué material están hechas y al estar muy cerca, una de ellas se mueve un poco al soplo de un cercano ventilador… me dije, no es posible que se mueva por el peso. Pues sí… sí era posible… eran de Cartulina
Esperando que fueran a lo mejor de hierro forjado me viene un sentimiento de pesadumbre, ¿Cómo es posible?, ¿Un Via Crucis.... de Cartulina?
Y fijándome más en donde estaba, me llamó la atención que el altar eran ladrillos y el ambón también y la sede (que a modo de decoro tenía un sencillo cojín de color rojo como para querer poder resaltar y darle dignidad)
Miro a la esquina del techo y estaba abierta, quizás por las humedades. Pensé, será el Espíritu Santo que aprovecha el hueco para entrar y salir
Los bancos… llamaba más la atención el hierro que los componía que la madera que no llegaba para cubrirlos
Mirando al techo como queriendo expresar mi sorpresa me encuentro que las luces son simples tubos de neon...
Miro a la pared para encontrar, al menos, algún detalle decorativo y me encuentro la pared descascarillada… Estaba ante una iglesia pobre
Y en medio de esta sencillez comienza a llegar un grupo de personas que van ocupando cada una su asiento ya "reservado" en cada banco para comenzar una oración/reflexión compartiendo el parecer, en voz alta, sobre el Evangelio del Domingo siguiente. Y con una perspicacia que me llamo la atención. ¡Ahí estaba la Iglesia VIVA!
Mire al Sagrario para dar gracias a Dios por el grupo de Personas que pude escuchar, y también para poderle agradecer ese momento intimo de encuentro que entre tanta sencillez siempre resalta el que ES. Y me percate de que en estos dos detalles estaba lo más grande.
Y esta es la historia de un Hombre que entró en una Iglesia, y salió de una "pequeña", entrañable, cálida y acogedora Catedral
Referencias:
Catecismo de la Iglesia Católica pinche
aquí
34 El mundo y el hombre atestiguan que no tienen en ellos mismos ni su primer principio ni su fin último, sino que participan de Aquel que es el Ser en sí, sin origen y sin fin. Así, por estas diversas "vías", el hombre puede acceder al conocimiento de la existencia de una realidad que es la causa primera y el fin último de todo, "y que todos llaman Dios" (S.Tomás de A., s. th. 1,2,3).
